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UN DIÁLOGO DE CIEGOS, A SEÑAS…

Sergio González LevetSin tacto

La comunicación entre el Gobierno de la República y la ciudadanía está perdida por completo. Es como un diálogo de ciegos que se quisieran comunicar a señas.

La sociedad ha entrado en una pendiente de incredulidad y crítica ante cualquier acción de Gobierno. Y por su parte, la autoridad solamente responde a los señalamientos populares con el discurso vacío del manual lopezobradorista, que consiste en culpar de todos los males al ante-antepasado (Calderón y García Luna; los neoliberales salinistas), tapar con mentiras manifiestas los hechos reales más tajantes, culpar a los demás de los errores propios y acusar a la ultraderecha de cualquier manifestación que haya contra acciones gubernamentales.

Las respuestas que está ofreciendo el Gobierno de Claudia Sheinbaum causan cada día una mayor exasperación popular. El triunfalismo de la Presidenta y de sus allegados ha llegado a colmar el hartazgo de los actores hegemónicos de la vida nacional, pero también de las buenas gentes que conforman la patria mexicana de a pie.

La simpatía presidencial va en caída libre y pierde puntos a cada mañanera en que se sucede el mismo discurso de odio en contra de todo lo que siga el guion lopezobradorista y de enfrentamiento brutal contra las opiniones que no contienen un elogio desmedido a la causa del sótano y los dos supuestos pisos de la Cuarta Transformación.

Las instituciones que quedan, cooptadas y avasalladas por el régimen, no son más que fachadas impertérritas que dejan hacer y dejan pasar las exageraciones mayores del autoritarismo.

Con sus golpecitos de Estado, la 4T logró tomar el control absoluto del Gobierno y de todos los poderes de la nación. Sin embargo, en el pecado llevó la penitencia porque perdió al mismo tiempo el control sobre la gobernanza del país. Hoy nada funciona bien en la administración pública, y si algo parece que va a servir es corroído de inmediato por el óxido de la corrupción. El paraíso del poder colocó al morenismo también en el purgatorio de su ineficiencia.

Se está cumpliendo en ellos la sentencia de Isaías:

“Por mucho que oigan, no entenderán; por mucho que vean, no comprenderán. Porque el corazón de este [Gobierno] se ha vuelto insensible; se les han tapado los oídos y se les han cerrado los ojos. De lo contrario, verían con los ojos, oirían con los oídos, entenderían con el corazón, se arrepentirían y yo los sanaría”.

 

 

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