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Día de Muertos para mascotas, ¿por qué se conmemora el 27 de octubre?

Día de Muertos para mascotas, ¿por qué se conmemora el 27 de octubre?

¿Qué representa esta fecha especial?

Cada 27 de octubre, las familias en México conmemoran el Día de Muertos de las mascotas, una tradición que honra a los animales fallecidos que formaron parte de los hogares. Esta fecha marca el momento en que, según la creencia popular, las almas de las mascotas regresan al altar para reencontrarse simbólicamente con sus dueños.

Durante esta jornada, las familias preparan altares decorados con flores, velas, fotografías, juguetes y alimentos, elementos que recordaban la vida y personalidad de los animales. Los hogares se llenan de colores y aromas en una atmósfera de cariño y nostalgia, donde cada objeto colocado tiene un significado especial.

¿Cómo se conmemora este día en México?

En distintas regiones del país, la llegada de las mascotas al altar representa un acto de amor y respeto. Las familias suelen reunirse para compartir anécdotas y recuerdos sobre sus perros, gatos u otros animales que los acompañaron. En muchos casos, también se incluyen rituales simbólicos como encender velas, decir oraciones o dejar agua y croquetas como ofrenda.

Esta tradición ha cobrado fuerza en los últimos años, impulsada por el reconocimiento del papel que los animales desempeñan en la vida emocional y cotidiana de las personas. Además, comunidades y refugios organizan actividades conmemorativas, como exposiciones de altares, desfiles temáticos y ceremonias colectivas, donde los asistentes rinden tributo a sus mascotas.

La costumbre refuerza el vínculo entre humanos y animales, al mismo tiempo que mantiene viva la esencia del Día de los Muertos, una de las celebraciones más importantes del patrimonio cultural mexicano.

¿Qué significado tiene para las familias?

Para muchos, este día representa un momento de reflexión y gratitud. Las familias encuentran consuelo al recordar a sus compañeros de vida, y en los altares expresan el afecto que continúa más allá de la pérdida. En cada historia compartida se reafirma la idea de que las mascotas también son parte del círculo familiar.

El altar dedicado a las mascotas se convierte en un espacio de memoria, donde las lágrimas y las sonrisas se entrelazan entre flores de cempasúchil y velas encendidas. Así, cada ofrenda se transforma en un homenaje que une tradición, espiritualidad y amor.

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