
EL ACOSO SEXUAL CALLEJERO
Mara Iliana Cruz Pastrana
El acoso sexual callejero es un problema social que afecta a millones de mujeres en todo el mundo. Se trata de un comportamiento que puede tomar muchas formas, desde comentarios y gestos inapropiados hasta tocamientos y agresiones físicas. Puede parecer un tema trivial o incluso un «cumplido o piropo» para algunos, pero el acoso sexual callejero es una forma de violencia de género que puede tener graves consecuencias para la salud mental y física de las mujeres.
El acoso sexual callejero se define como cualquier comportamiento sexual no deseado que ocurre en espacios públicos, como calles, parques, transporte público o centros comerciales.
Puede incluir:
• Comentarios y piropos inapropiados
• Gestos y miradas lascivas
• Tocamientos y roces corporales
• Fotografías y grabaciones sin consentimiento
• Acercamientos y seguimiento
• Proposiciones y ofertas sexuales
Este problema tiene raíces culturales y sociales. Algunas de las causas más comunes incluyen la reducción de las mujeres a objetos sexuales; la creencia de que el acoso es algo “normal” o aceptable; y la falta de educación y conciencia sobre el impacto que produce en las víctimas.
Las consecuencias del acoso sexual callejero pueden ser graves y duraderas: generan ansiedad, miedo, pérdida de autoestima, depresión y limitan la libertad de las mujeres, al reforzar el temor de salir solas o visitar ciertos lugares.
La prevención y respuesta requieren un enfoque integral que involucre a la sociedad en su conjunto. Es necesario educar sobre el tema, implementar políticas públicas y armonizar las leyes que salvaguarden la integridad de las mujeres, además de imponer sanciones ejemplares a los agresores. También se debe brindar apoyo psicológico y médico a las víctimas, así como promover la participación comunitaria para erradicar el acoso sexual callejero.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, sufrió un incidente de acoso sexual callejero este martes 4 de noviembre en el Centro Histórico de la Ciudad de México. Un hombre, identificado como Uriel Rivera, se acercó, le pasó un brazo sobre el hombro y le tocó la cadera y el pecho mientras intentaba besarla. El agresor fue detenido por el equipo de seguridad de la mandataria y puesto a disposición de la Fiscalía de Delitos Sexuales.
El caso evidenció la falta de seguridad inmediata alrededor de la presidenta, ya que el agresor logró acercarse sin obstáculos. En México, el acoso sexual se castiga con penas de uno a tres años de prisión, multa de 100 a 200 días de salario e inhabilitación para ejercer cargo público. Si el acto se comete con violencia física o moral, la sanción puede aumentar hasta en una mitad.
La titular de la Secretaría de las Mujeres, Citlalli Hernández, repudió la agresión a través de redes sociales, destacando la «visión machista» que algunos hombres mantienen sobre el espacio personal y el cuerpo de las mujeres, y escribió que “las imágenes del acoso en contra de la presidenta Sheinbaum reflejan lo que muchas hemos vivido en algún momento de la vida”.
El acoso sexual callejero en México vulnera la dignidad y la libertad de las mujeres. Es hora de que la sociedad en su conjunto se levante y exija un cambio. No más silencio, no más impunidad. Justicia y respeto para todas. Sin consentimiento no hay piropo: no es un cumplido, es un delito.




