RICARDO MONREAL PINTA SU RAYA EN LAS ELECCIONES INTERNAS DE MORENA.
Sabedor de las mañas que en tan poco tiempo Morena ha ido adquiriendo, Ricardo Monreal declaró ante un grupo de simpatizantes que, si Morena insiste en buscar a su candidato presidencial por el método de las encuestas, él no participaría: “Si se insiste en una encuesta elaborada, cantada y organizada por el Partido, no tiene sentido participar, porque va a ganar quien quieren que gane; no va a ser democrático, y ahí no nos vamos a prestar a ninguna farsa, porque creemos en la democracia”. Cabe señalar que al senador Ricardo Monreal le han cerrado las puertas de Morena, incluso el presidente López Obrador, quien se yergue como ejemplo máximo de democracia, ante las aspiraciones de Monreal ha declarado: “Los ciudadanos en general están muy despiertos y ya no quieren dirigentes sin principios, sin ideales, ya no, eso se terminó. La gente quiere que los representen personas con principios con ideales no politiqueros”. El senador Monreal ha dicho que Morena “no es propiedad de grupos ni de sectas. Morena es de todos, y Morena debe ser un instrumento al servicio de la sociedad”. Con esto queda claro que Monreal no será el candidato de Morena, y es que el partido del presidente no va a cambiar su forma de elegir al candidato sólo porque Monreal se los ha pedido.
López Obrador, un jugador sucio, sucio, sucio. Con tal de mantener el poder para sus hijos, es capaz de las más bajas vilezas
¿Para qué quiere López Obrador dejar a Morena en el poder, si ya se dio cuenta que ese partido se ha corrompido como en su momento lo hizo el PRI? Morena, está documentado por los reportajes de varios periodistas reconocidos, se coludió en algunos estados con el crimen organizado para ganar las gubernaturas. ¡Por eso el “abrazos, no balazos”! ¿Por qué dejar en el poder a un partido que a corto y mediano plazo le causará mucho daño a los mexicanos? Pues porque Morena está controlada por los hijos de López Obrador, Morena es los hijos de López Obrador. Es por ellos, sus hijos, que el presidente López Obrador es capaz de las más bajas vilezas para dejar a su partido en el poder. Entre los muchos frentes que tiene abiertos, está el embate en contra de Alejandro Moreno, Alito, quien, según el presidente, lo traicionó por no votar a favor de su reforma eléctrica. Gracias a eso López Obrador pasará a la historia como el único presidente en la historia reciente de México que no consiguió llevar a cabo una reforma constitucional; ¿eso debe haber calado en lo más profundo de su ego? López Obrador ha perdido el pudor. Con Alejandro Moreno está mostrando que el poder sirve para lograr cualquier fin. No importa que se use de manera descarada las instituciones, que se use a la gobernadora esperpéntica Layda Sansores, que se utilice la fuerza, la intimidación, el acoso de la manera más obvia y por lo mismo violenta. Y no se trata de defender a Alejandro Moreno, ese que dijo que “a los periodistas no hay que matarlos a balazos, hay que matarlos de hambre”. Se trata de darse cuenta de un López Obrador desaforado, que echó al bote de la basura todos los principios y valores que alguna vez pudo haber tenido.
Peña Nieto comprueba que con López Obrador no hay pacto que valga. Bastó reunión del grupo Atlacomulco para que AMLO reparara
En febrero de 2020, el presidente López Obrador aseguraba que no tenía conocimiento de alguna investigación en contra de Peña Nieto. Esto como respuesta a una nota del periódico The Wall Street Journal que aseguraba que, entre las indagaciones contra Emilio Lozoya, aparecía constantemente el nombre de Peña Nieto. López Obrador entonces decía: “No tengo información como lo sostuvo el Wall Street Journal, lo que existe es una denuncia contra el exdirector de Pemex. No hay una investigación, que yo sepa, contra el expresidente Peña. La Fiscalía (General de la República) es autónoma; esto significa que no me informan, no tienen por qué. Es una institución independiente, ante estaba subordinada al ejecutivo. No se hacía nada sin el aval del presidente, pero los tiempos han cambiado”. Sin embargo, como señala la revista Proceso, bastó con que el presidente se enterara del cónclave en Madrid del Grupo Atlacomulco, para que el presidente se olvidara