
VISIÓN ECONÓMICA
Pura ilusión
VISIÓN ECONÓMICA / Salvador Kalifa
en REFORMA
(04 Ago. 2022).-
Una ilusión generalizada entre los inversionistas financieros es que las acciones que toman la Reserva Federal (Fed), el Banco de México (Banxico) y otros banqueros centrales lograrán regresar la inflación a sus metas, sin ocasionar un descalabro en la actividad económica. Siguen, en concreto, esperanzados en que un aterrizaje suave de las economías será suficiente para abatir, sin provocar una recesión, el crecimiento de los precios hacia el dos por ciento en Estados Unidos (EU) y alrededor de 3 por ciento en nuestro país. Y eso, como he señalado en otras ocasiones, es pura ilusión.
Es cierto que es posible un aterrizaje suave, pero lo considero muy poco probable. Menos en las condiciones actuales, cuando la inflación registra niveles no vistos en EU en cuatro décadas y en 20 años en nuestro país. Es posible que en este verano se dé el pico del crecimiento de los precios, gracias a que las materias primas han caído más de 20 por ciento de sus máximos, como es el caso del cobre y el petróleo; así como porque las expectativas de los mercados siguen siendo de una reducción futura de la inflación. Pero eso no es suficiente para regresarla al nivel que desean las autoridades monetarias de ambos países.
Que quede claro. Podemos esperar una disminución de la inflación en la segunda parte de este año, según caen los precios de los combustibles y mejoran las cadenas de suministros globales, pero lo importante no es que la inflación va a caer, sino en dónde se va a estabilizar una vez que se disipen los trastornos por el lado de la oferta. Y aquí el panorama no es tan halagüeño. Considero que el nivel en el que se estabilizará la inflación no dejará margen de maniobra a las autoridades monetarias para hacer realidad las expectativas de los mercados financieros de que el Fed y, en consecuencia, Banxico, abandonarán pronto sus políticas contra la inflación para darle prioridad a la lucha contra una posible recesión.
El crecimiento de los precios en estos momentos se encuentra muy por encima de las metas de los bancos centrales. Estos, en particular el Fed, no aflojarán su política restrictiva hasta que haya señales muy claras de que la inflación converge hacia sus metas, y esto puede tomar varios años. Nótese, además, que aun cuando el Fed ha incrementado la tasa de interés de los fondos federales, en la práctica las tasas de interés reales de corto plazo siguen siendo muy negativas, mientras que en nuestro país son cercanas a cero. Estos niveles de tasas reales son insuficientes para abatir y estabilizar la inflación en los niveles meta.
En consecuencia, las tasas de interés en EU continuarán al alza, pudiendo ubicarse por encima del 4 por ciento durante el año próximo. Esto hará que Banxico siga subiendo su tasa de referencia, que bien pudiera alcanzar el 10 por ciento en 2023. Esas tasas de interés minarán el ritmo de crecimiento de la actividad económica y, muy probablemente, ocasionarán una recesión en EU, a la que apuntan las cifras más recientes de su PIB. Muchos esperan que, de ocurrir, esa recesión será leve y corta por la solidez actual de su economía.
El problema es que la severidad y duración de la recesión no estará en función de esa solidez sino de la terquedad de la inflación. El Fed tendrá que subir y mantener altas las tasas de interés hasta que la demanda se contraiga lo suficiente para provocar una caída sostenida de la inflación. De nuevo, eso requerirá muy probablemente de una recesión, que ojalá realmente sea leve y corta.
Banxico, por su parte, no logrará que la inflación converja al 3 por ciento, como tampoco podrá evitar que, de ocurrir una recesión en EU, se traduzca en una recesión más severa en México entre 2023 y 2024. Aquí será más grave porque nuestra economía carece de solidez, abundan las políticas perjudiciales de la 4T, entre las que ahora destaca la «pobreza franciscana» que, por cierto, no aplica a los proyectos derrochadores del presidente López, así como que para entonces quizá estaremos metidos en un conflicto comercial con EU. Se avecina, sin duda, un pésimo cierre de sexenio.